Artículo por: Laura F. Daunas.
¿Lo dejaste con tu/s pareja/s justo antes del confinamiento? ¿Te estás replanteando tus relaciones sexo-afectivas? Las relaciones son una magnífica forma de crecer, mientras duran y también cuando terminan. Creemos en la posibilidad de transformarlas en vez de simplemente romperlas. Pero eso depende de cada unx y muchas veces se necesita un tiempo de separación en medio para poder conseguirlo.
Las relaciones se pueden acabar o transformar por muchos motivos; puede ser que haya llegado a un punto que busquéis cosas diferentes, que ya no os sintáis cerca emocionalmente o simplemente que ya hayas aprendido lo que teníais que aprender. Sea por el motivo que sea influye mucho el contexto en el que nos encontremos. En situación de confinamiento puede volverse más complejo, pero también puede ser una gran oportunidad para que te conozcas mejor y aprendas mucho sobre ti y sobre tus emociones.
Ahora mismo tenemos menos posibilidades de colectivizar lo que sentimos y pensamos, pero seguramente podremos disponer de más tiempo para nosotrxs, para sentir y vivir este proceso atendiendo a nuestras necesidades y probar de no bloquear ni huir de la situación.
Eso de que “un clavo quita a otro clavo” es un dicho muy común pero nos suele impedir que sanemos las heridas. Tener que afrontarlo de cara puede ser un poco abrumador, pero no olvides que es una gran oportunidad. Sentir un huracán emocional o sentirse en una montaña rusa es natural pero tiene un final, y cuando todo pase podrás ver todo lo que has aprendido.

Proponemos transitar por estos espacios de una forma consciente en la que nos pongamos en el centro del proceso y nos cuidemos. Las emociones, aunque muchas veces nos hagan sentir perdidxs o confusxs, nos dicen cómo estamos en cada momento y son motores de cambio, por eso es importante escucharlas.
Te invitamos a dar la bienvenida a las emociones. ¿Y cómo lo podemos hacer? Escuchándonos con mucho amor, mucho respeto hacia nosotrxs mismas y mucha honestidad. Hay emociones que nos pueden generar dolor o hacernos sentir vulnerables, pero a la vez, nos ayudan a caminar y a avanzar si somos capaces de aceptarlas. Las emociones son pasajeras; tristeza, rabia, dolor, miedo, alegría, ilusión…son parte de tí pero no son tú, permítete sentirlas todas. Abrazarlas, aceptarlas y dejar que salgan. Puedes exteriorizarlas hablando, llorando, gritando, escribiendo, cantando, etc. Puedes encontrar la forma que te vaya mejor, pero recuerda, siempre desde el amor y el cuidado hacia ti mismx y hacia las otras personas. Todas son válidas y forman parte del proceso.
Otra cosa que nos parece importante es la idea de no enredarnos en los pensamientos. Al inicio, al tener las emociones a flor de piel, pueden ser confusos y engañosos. Es probable que aparezcan recuerdos en tu mente que te trasladen al pasado y/o que hagas proyecciones futuras poco realistas y poco beneficiosas para tu bienestar. Si esto ahora te genera malestar, puedes probar a no alimentarlos y a focalizar la atención en tu día a día. Más adelante ya tendrás tiempo para visualizar los recuerdos, mirar fotos o revisar tu relación.
Incluso es posible que tu atención se traslade en la otra u otras personas y que entre en juego tu ego, aparezcan celos, control y posesión, quitándole/s la libertad o ejerciendo violencias. Esta situación te puede generar una inseguridad muy grande, afectar a tu autoestima y afectar a las personas implicadas. Por eso, la importancia de la responsabilidad afectiva. En un proceso de ruptura y/o transformación, es importante que todas las personas puedan seguir sus procesos de forma libre y saludable. Es esencial respetarse y cuidarse. Tómate el tiempo que necesites.
"Si nuestros vínculos están basados en una ética relacional podremos establecer unas reglas de juego que permitan garantizar los derechos de todas las personas involucradas y también mejorar las relaciones interpersonales que mantenemos"
Cuando sientas que estás preapradx, puedes revisar tus relaciones, tus vínculos afectivos, preguntarte dónde te sitúas en ellas, desde dónde las construyes, abordar tus miedos, tus inseguridades e identificar tus cualidades, habilidades y potencialidades. Para ello puedes leer, pintar, escribir, hacer ejercicios de autoconocimiento, hacer cosas que te gusten, hablar con tus redes afectivas y sobre todo cuidarte y mimarte mucho.
También puede ser buen momento para repensar los modelos tradicionales de relaciones sexoafectivas y cuestionar las ideas de amor romántico, esas que nos dicen que somos personas incompletas si no tenemos pareja o que el amor es para toda la vida. La idea es que durante este proceso podamos revisar tanto los modelos sociales como nuestras historias de vida para poder construir relaciones sexo-afectivas saludables y placenteras.
PD: Este artículo no hace referencia a relaciones de violencia machista que generan otros parámetros de análisis y formas de gestión.