El pasado julio se celebró el festival musical @CruïllaBCN. Este año ha contado con un gran pabellón con boxes para hacer test de antígenos a todas las asistentes y reducir el riesgo de contagios por COVID, pero se ha olvidado de contar con la presencia de mujeres e identidades disidentes en los escenarios.
El cartel del día 8 de julio lo forman grupos de rap: Natos y Waor, Lágrimas de sangre, Rayden, Senyor Oca y Kase O. Por desgracia para sus fans el Senyor Oca no pudo abrir el festival porque no superó el test de antígenos. Después de ver el cartel me surge una pregunta:
¿Dónde están las mujeres e identidades disidentes?
¿Son estos grupos la representación de los hombres y de las masculinidades que nos encontramos en la actualidad? Un cartel formado 100% por hombres heterosexuales, nos da para observar diferentes formas de vivir y expresar el género. Según R. W. Conell existen tres tipos de masculinidades: la masculinidad hegemónica, la oprimida y las nuevas masculinidades.
-La masculinidad hegemónica, aquella que promueve/ejerce la violencia y no quiere responsabilizarse de las desigualdades de género. Esta expresión de género podríamos verla representada en la performatividad masculino-agresiva que tiene @natosywaor, tanto encima del escenario como en algunas declaraciones en redes sociales como:
“Las feministas buscan la igualdad… Las que buscáis poneros por encima de los hombres sois un insulto al feminismo y me dais asco.”

El feminismo busca la igualdad, no busca ponerse por encima de nadie, busca no estar por debajo. Contratar a mujeres cis y trans para los festivales supone agitar los privilegios de los hombres heterosexuales, generar espacios más igualitarios y reducir la brecha salarial.
–La masculinidad oprimida “o renombrada masculinidad cómplice” aquella que sin ejercer violencia directamente es cómplice y beneficiaria de los mismos privilegios que obtiene la masculinidad hegemónica, tomando un papel pasivo en la promoción de la igualdad de género. También es la que se queda en la base del discurso feminista, aprendiéndolo y reproduciéndolo, pero sin ser coherentes con sus acciones. Este tipo de masculinidad la podemos ver reflejada en la expresión de género y en las declaraciones, actuaciones y posicionamientos del grupo Lagrimas de sangre.
A primera vista su performatividad de la masculinidad es más relajada, incluso han hecho declaraciones ante comunicados feministas sobre acusaciones de acoso sexual, pero más allá de eso no se han involucrado por generar un cambio real ni en ellos mismos, ni en el grupo, ni en sus canciones. La respuesta grupal a la supuesta situación de acoso sexual por parte de uno de sus componentes no ha sido la más adecuada. Después de que el movimiento feminista se involucrara en exponer la agresión el grupo optó por negar cualquier tipo de agresión y defender a su compañero y criminalizar las acusaciones y a los colectivos feministas que estaban involucrados.
Esta masculinidad es más difícil de identificar tanto por los propios hombres como por las personas de su alrededor. El problema de que los hombres con masculinidades oprimidas/cómplices aprendan sobre teoría feminista es que pueden utilizarlo para ejercer violencia y mantener sus privilegios en vez de autorevisarse, aprender, ser consecuentes, actuar y evolucionar para conseguir la igualdad real.

–Las nuevas masculinidades, o masculinidades alternativas, aquellas que se forman en contraposición a la masculinidad hegemónica y que buscan crear relaciones más igualitarias, sin ejercer violencia y promoviendo los cuidados de una forma real y coherente, más allá de conocer el discurso feminista.
En este caso podría estar encarnada por @KaseO_real al que, sin dejar de ser leído como heterosexual, podemos ver actuando descalzo, con ropa clara y en una actitud relajada y tranquila cantando mensajes positivos. Es cierto que en los inicios de su carrera su expresión de género era mucho más agresiva, pero poco a poco lo ha ido modificando, no sabemos si por casualidad o porque ha hecho un viaje de revisión hacia su interior y ahora intenta promover una sociedad más justa, igualitaria y basada en los cuidados.
Es importante recordar que no hay una relación directa entre la orientación sexual y la expresión del género. Se puede ser homosexual y performar cualquiera de las tres masculinidades antes nombradas, o se puede tener una expresión de género con rasgos femeninos y ser un hombre heterosexual.
Muchos hombres heterosexuales tienen miedo a parecer homosexuales si dejan de expresarse con masculinidades hegemónicas o agresivas, en este caso Kase.O es un ejemplo de que no siempre es así.
¿La sociedad que queremos es la que sólo visibiliza estos tres tipos de hombres? ¿Cuándo podremos ver a más raperos con masculinidades alternativas? ¿Y a mujeres? ¿Los festivales se van a posicionar como agentes de cambio hacia un mundo más igualitario? ¿Que sólo se representen estos tres tipos de hombres es algo que se ha premeditado o es un descuido?
El colectivo @mujeresymusica_ lleva años haciendo estadísticas de la presencia de mujeres en los escenarios de los festivales. Por desgracia, son pocos los que se responsabilizan y generan un cambio, pero son imprescindibles para crear un mundo más igualitario, con menos violencia y dónde quepamos todas.
Muchas veces desde la organización de los festivales alegan que los grupos de mujeres o identidades disidentes no generan el suficiente beneficio económico, pero tenemos muchos ejemplos de que no es así.
Grupos como Tribade (con Masiva Lulla y Bittah), Las Bajas Pasiones (con Edu Libra y Trusty), Arianna Puello, Sara Hebe, Anier, La Mala Rodriguez, Miss Bolivia, Ana Tijoux, y muchas más han llenado estadios o grandes festivales como La Mercè en Barcelona y muchos otros sitios, pero parece que a la organización se les olvida con facilidad.
Para conseguir una sociedad mejor, sin violencias, y más igualitaria todas las partes tenemos que responsabilizarnos. Una sociedad basada en los cuidados, que sea respetuosa y diversa es cosa de todas, de la organización de los grandes festivales también.
Artículo Por: Xavi Tallón