Artículo por: Mario Robles.
Ritmos y apetencias en las parejas sexuales

Tienes pareja desde hace unos meses y te das cuenta que tenéis ritmos y apetencias sexuales diferentes.
Puede ser que en tu caso quieras practicar sexo (como siempre decimos sexo no solo es penetración) una vez al día, pero resulta que la frecuencia que quieres no parece suficiente para tu pareja sexual.
En la sexualidad hay muchos factores que pueden influenciar, desde si tomas alguna medicación (como los anticonceptivos hormonales, medicación psiquiátrica…), hasta si vives un periodo de estrés (cambio de trabajo, habitación, enfermedad de un/a familiar…) a veces puedes sentirte incómodo/a con tu cuerpo, etc.
Hay personas que debido a situaciones de estrés, necesitan más afecto, y otras con el mismo estímulo estresante se encierran en sí mismas. Cada cuerpo/mente es un mundo y no todas las personas reaccionan de igual manera ante los mismos acontecimientos.
También podemos hablar de asexualidad. Para las personas asexuales, el no tener prácticas sexuales, no supone un problema en sí mismo, a veces es confundida esta cuestión por falta de atracción o abstinencia sexual.
Es necesario salir de las polaridades “normal/anormal” y plantear un diálogo con tu pareja, para que podáis disfrutar de vuestra relación.
A veces puede dar corte iniciar la conversación, porque temes el rechazo de la otra persona. Que no te apetezca tener prácticas sexuales o que te apetezca hacerlo con más frecuencia que a tu pareja, no es en sí indicativo de nada. Es una cuestión de ritmos y apetencias. Comunicar estas diferencias, para establecer objetivos en común, y encontrar una manera respetuosa para amb@s, ayudará a tener más confianza y disfrutar de la compañía que has elegido.
No nos gusta dar consejos, lo que si nos gusta es formular preguntas para que puedas seguir autoconociéndote.
Con respecto a ti mismo/a
¿Exploro lo que me gusta? ¿Y lo que no me gusta?
¿Cuáles son mis fantasías?
¿Exploro mi clítoris? ¿Mi pene? ¿Las zonas erógenas de mi cuerpo?
¿Dejo espacio para preguntarme cómo estoy?
¿Cuál es mi ritmo en el sexo? ¿Rápido? ¿Lento? ¿Pausado? ¿Activo? ¿Varía en función del día?
Con respecto a las parejas
¿Indico a mis parejas aquello que me gusta o disgusta?
¿Sé decir que no?
¿Mis parejas respetan aquellas prácticas sexuales que no quiero hacer?
¿Me permito proponer prácticas basadas en mis fantasías?
Esperamos que te haya gustado este artículo. Te animamos a dedicarte tiempo para tí, para tus deseos, placeres y sentimientos.